miércoles, julio 09, 2008

La tumba de Dante

Hoy concluye en Japón la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los 8 países más ricos del planeta (G8), y la imagen que han proyectado no puede ser peor.
Este año los temas más importantes a tratar eran: el cambio climático, el encarecimiento del petróleo, la escasez de alimentos y la crisis económica mundial. La cosa no está nada fácil, trabajo no les iba a faltar.
Sin embargo, como suele ocurrir en estas reuniones, los acuerdos alcanzados están muy lejos de ofrecer soluciones reales. Es más, el compromiso de aumentar en 25.000 millones de dólares la ayuda al continente africano -el más necesitado- es un claro retroceso a la promesa alcanzada en la pasada Cumbre de Escocia de 2005.
Eso sí, estos señores tan listos y ricos en su pobreza concluyen hoy la Cumbre sobre el hambre sin acuerdos pero con una cena -la de ayer- de 19 platos exquisitos.
Hoy, no se queden con hambre pobrecitos míos, van a meterse entre pecho y espalda un festín de nécoras y langostinos. Es posible que así se les pase cuanto antes el cargo de conciencia por participar en una Cumbre vacia para acabar con el hambre, en la que tanta suntuosidad ha costado 356.346 millones de euros.
Y no digo yo que estas citas de Jefes de Estado deban ser indignas o cicateras. Pero, al menos, sí deberían ser consecuentes y respetuosas con las personas. Según el Banco Mundial 100 millones de personas (30 en África) que habían salido de la infrapobreza están al borde de volver a ella.
Me parece a mí que estas cumbres del G8 son como la tumba de Dante de la Iglesia de la Santa Croce de Florencia, que está vacia porque murió desterrado en Rávena. O sea, a este paso no sirven para nada.
Con la que está cayendo...