miércoles, junio 28, 2006

La invasión


No es que tenga nada en contra de la publicidad. La información es un derecho de todos los seres humanos y los que viven de ella tienen derecho a vivir.

La cosa en las bitácoras empieza a ser una invasión en toda regla, tipo los marines cuando entraban sin pedir permiso en las calles de Bagdad. Igual que con el maldito spam de los correos que te ofrecen desde Viagra, diplomas de no sé qué, chicas rusas rubísimas para casarse o relojes Rolex. Afortunadamente no me hacen falta ni los diplomas ésos ni lo otro; pero, oye, nunca me vendría mal un relojito.

No sé ni cómo ni porqué se ha metido en mi blog la publicidad. Lo único que sé es que pido a quien lea esta entrada y sepa cómo puedo eliminarla permanentemente de mi blog me enseñe. Le estaré muy agradecido.

miércoles, junio 21, 2006

Las dos caras de una misma moneda


Hoy me entero que España es el décimo país del mundo en que residen más millonarios. Lo que los norteamericanos llaman, que tienen nombres para todo incluso para estas clasificaciones absurdas, el top ten de los países con más millonarios.

Esto me suena a lo mismo que hablaba hace unos días en el post de las piernas de la señora Carey. O sea ¿y qué?

No me importan las causas del aumento de patrimonio de estos señores tan millonarios en su pobreza, no me importa lo que ha pasado en la bolsa española durante los años pasados ni me importa que los negocios inmobiliarios les hayan hecho entrar en ese ranking tan de revista Fortune y tan engañoso.

Me importa mucho más el fondo de ésas personas que las formas en que amasaron sus inmensas fortunas. Y lo que me importa mucho más es cuánto número de pobres y desheredados hay en mi país y qué hacen por ellos. Cuánto trabajo crean y cuánto aportan al Estado, antes que a sus cuentas de banco.

De eso no hacen listas. O sea.


* Más información.

domingo, junio 11, 2006

Las 80 páginas


Como es domingo hoy, con el desayuno, me he tomado más tiempo para leerme el periódico. Lo de siempre, que si los tipos de interés suben, que si lo de África, que si el petróleo, que si Irán, Palestina, Israel o Bagdag.

Total, que uno acaba mirando las páginas de deporte para ver quién juega hoy al fútbol en el Mundial y verlo por televisión. Piensas, al fin y al cabo veintidós hombres en calzones cortos es lo único que nos hermana a todos los hombres. En realidad nos enfrenta también, pero a los noventa minutos ya se te olvida la rivalidad.

Pero no, afortunadamente esta entrada no va del omnipresente, en estos días, deporte. La cosa va de que cuando he leído las páginas de televisión para ver a qué horas retrasmiten los partidos, veo que en un canal de cable ponen a las 10 de la noche el documental: El mundo según Bush. Este no me lo pierdo.

Dice: "El mundo según Bush, un documental de producción francesa, es un viaje al corazón del poder del sistema, arraigado en dos generaciones de presidentes estadounidenses de la misma familia y fielmente ligadas a la industria del petróleo". Repito, esto es serio, no me lo pierdo.

Porque, claro, el mundo de él ¿es el mismo que el de los demás?. Yo no lo sé, pero lo que si sé es que mundo sólo hay uno. Y es el de las 80 páginas anteriores del periódico.