miércoles, julio 26, 2006

En un post de Gaby


El otro día leí en el blog de gaby algo sobre la unidad que existe entre los países europeos que me hizo pensar. Las cosas, claro, se pusieron muy feas. A los hechos me remito.

La mayor fractura que hay sobre la tierra son las diferencias sociales y económicas entre el continente africano y europeo. La llegada a la costas de inmigrantes en cayucos o pateras en condiciones infrahumanas es diaria. El asunto de hoy trata de que la semana pasada un barco pesquero español rescató en aguas de Libia a una embarcación a la deriva con 51 inmigrantes.

Después de rescatar a los 51 sin papeles el pesquero español, Francisco y Catalina, se dirigió al puerto maltés de La Valeta, que es el puerto europeo más cercano. Pero cuando estaba a 16 millas una patrullera del Estado de Malta le comunicó al patrón del Francisco y Catalina que no podía fondear en el puerto con los inmigrantes a bordo.

El caso es que el pesquero ha estado parado con las 51 Personas y su tripulación de pescadores esperando, durante 5 días con sus noches, a que los Estados, tan europeos ellos, resolvieran sus cositas.

La solución llegó cuando los víveres empezaba a escasear, pero el patrón del pesquero dijo por radio que volvería a hacerlo diez veces más. Él sólo cumplía con su sentido común de ayudar a quien está en apuros en el mar.

Me entristece ver cómo los Estados tardan en resolver asuntos humanitarios urgentes por su propia desunión. En Europa también, osea.

jueves, julio 20, 2006

zapatero a tus zapatos.


Los siete días de conflicto armado entre el ejército de Israel y el Líbano han causado más de trescientos muertos, cientos de heridos, todos en su mayoría civiles, y 500.000 desplazados. Mientrastanto los ataques de Hizbulá han matado alrededor de 25 o 30 israelíes. La cosa es seria y no parece que vaya a terminar pronto.

No voy a hablar de causas ni quiero justificar ninguna acción. Sólo quiero la Paz. Porque desde lo de Troya las guerras son siempre iguales y tienen las mismas consecuencias. No hay nada más solitario y olvidado que un muerto tirado en una cuneta, de esos a los que nos tienen acostumbrados los informativos de la tele. En el Líbano, en Kosovo, en Sierra Leona o en el Berlín de la Guerra Mundial.
Lo que me parece una falta de respeto con las Partes y con sus víctimas y, como decimos en España, una metedura de pata es que el Presidente a miles de kilómetros de la cosa, se haya dejado fotografiar en momentos tan delicados con la kufiya -tradicional pañuelo palestino-, como si estuviera apoyando una causa frente a otra.

¿Fallo del Servicio de Seguridad? o ¿efectivamente metió la pata? Qué difícil es gobernar.

martes, julio 11, 2006

...en la otra dirección...


He de reconocer que me gusta mucho la lidia de los toros. Sí, sé que esta afirmación, tan seca como contundente, no se entiende desde fuera de mi país y mucho menos así dicha a todo el mundo desde internet. Pero, así soy yo, ésa es una de mis contradicciones, eso es viajar en la otra dirección.

Por supuesto, no estoy de acuerdo con las fiestas taurinas de los pueblos en las que el asunto está poco o casi nada regulado y la cosa se trata de hacer sufrir a un animal. El que sea. Recuerdo las fiestas de un pueblo en que se tira una cabra desde el campanario. ¿Cuál es la gracia?

Ahora son las fiestas de San Fermín en Pamplona, que Ernest Hemingway hizo famosas por todo el mundo, especialmente por los Estados Unidos o Australia. En los encierros mañaneros los jóvenes y menos jóvenes corren delante de la manada para encerrar a los animales en los chiqueros de la plaza. La cosa es peligrosa. Para correr delante de ellos hay que saber de toros y de la carrera.

Lo que no entiendo es esa necesidad del hombre de demostrarse a sí mismo y a los demás su arrojo y su valentía. Me recuerda al documental, aquel que vi en la tele, de una tribu de Nueva Guinea en la que saltan desde unas plataformas contra el suelo atados por los pies para no espanzurrarse.

Un poco primitivos sí somos, aunque vengan desde tan lejos.