jueves, febrero 23, 2006

La ambición


Y ahora quiso el Hombre tomar el sol en sus manos...; y se quemó los dedos.

sábado, febrero 18, 2006

Viagra


Conectar tu correo electrónico cada mañana está empezando, cada vez más, a ser una invasión en toda regla. Como lo de Troya, pero en versión Internet.

Entre todos los e mails importantes cada vez son más frecuentes los que quieren colocarte Viagras y otras medicinas, refinanciar tus deudas, si las tienes; y claro según ellos el más barato o mejor software del mercado, que va desde el Premiere -que no sé para qué sirve- hasta la última versión de windows. Ah, me olvidaba, hay uno que quiere endosarte relojes Rolex y en ese plan.

El nombre de los remitentes de hoy han sido: Lori Chapman y Dillydally R. Por supuesto, ni tengo ninguna amiga Lori ni voy a comprar su software ni a refinanciar la hipoteca ni nada de nada. Mucho menos con Dillydaly. ¡Vaya nombrecito! Por cierto, no sé si es nombre de mujer o de varón o de... Bueno, que no sé, es lo que digo.

Por las horas en que llegan a mi buzón y los nombres de sus remitentes, pienso que suelen llegar desde Estados Unidos. No lo sé, lo supongo. Lo que no entiendo es de dónde sacan las direcciones de la gente normal o si es una cosa del mundo éste de internet.

Al principio casi que me preocupé cuando recibía el anuncio de Viagra a diario. Pensaba pero alguien habrá notado algo raro.... Mmmmmmmm. ¿habrán dicho algo al Dillydally ése? -vaya nombrecito-. Me preocupé un tiempo y casi no se lo comenté a nadie. Pero cuando leí en el ordenador de una amiga un "Alargue su pene" en letras muy grandes y muy rojas, una de dos o empezaba a pensar cosas muy raras de mi compañera y su doble vida o tenía que comprender que son técnicas de venta absurdas y muy molestas.

Ahora te pregunto ¿qué cosas raras te han intentado vender por internet?

viernes, febrero 10, 2006

El Bar


¿Alguna vez se han planteado cómo nace un pueblo?

Pues muy fácil, llega uno a un desierto pone un bar y empiezan a construir casas alrededor. ¡Por lo menos aquí, en España!

La prueba es que en España aún hay pueblos sin escuela, sin ayuntamiento, sin farmacia, sin cuartelillo de la Guardia Civil...., pero sin bar...¡Imposible!. ¿Y saben cuál es el motivo? Que en los bares podemos hacer muchísimas cosas que no se pueden hacer en casa ...

En un bar puedes tirar al suelo las cabezas de las gambas... Tíralas en casa y verás la que se lía... en el bar tiras las cabezas de las gambas y las tapan con serrín.
¿Qué se cae una cerveza?. ¡La tapan con serrín!
¿Qué se cae un borracho?.¡Lo tapan con serrín! ¡Será por serrín!.

Otra cosa no, pero en un bar hay más serrín que en la tumba de Pinocho.

El bar también sirve para quedar con los amigotes. Porque mi casa es tan pequeña que sólo cabemos tres (y sin los teléfonos móviles).

Y, claro ¿dónde vas a quedar si no? ¿En una ferretería?. ¿En la farmacia?
¿Y qué vas a pedir, tres chupitos de Bisolvon y dos lexatines?.

¿O en la Iglesia?..Y eso... que... pensándolo bien... una iglesia es lo más parecido a un bar...
Hay un señor detrás de una barra, vino, música, gente... Y los domingos, a la hora del aperitivo,
los dos sitios se ponen hasta arriba.

Eso sí, en los bares hay más buen rollito que en la Iglesia... Porque mientras que en la Iglesia pasa un señor con una cestita para que sueltes algo, en el bar discutes por pagar. ¿Dónde más pasa eso?.
¿En la Comunidad de vecinos?. ¿Se imaginan que discutiéramos por invitar en la Comunidad de Vecinos? Por ejemplo:

- ¡Chssst!. La parabólica la pago yo.
- Pero si tú ya pagaste la caldera..
- ¡Qué más da!... ¡Si no vamos a salir de pobres!.



Eso sí, en un bar lo más importante es el camarero.
Los camareros se pueden dividir básicamente en dos tipos: el camarero ÁGIL... y el AGIL-ipollado. El AGIL, según
entras por la puerta, te limpia la mesa, te acerca el servilletero, te pone una cerveza y te dice:

- Van dos cero, pierde el Madrid, ha bajado el índice Dow Jones y el político
menos valorado es Mayor Oreja ... ¿te pongo una de oreja?



El AGIL-ipollado se reconoce porque parece que esté saliendo de la anestesia: ni te oye, ni te ve. Tú le estás haciendo señas, como si estuvieras aparcando un avión, pero el tío pasa por tu lado sin mirarte, como un médico de la Seguridad Social. Que entras por la mañana, y cuando por fin te hace caso...

- A ver. ¿qué va a ser?.


- ¿Que qué va a ser...? ¡Dentro de nada de noche, huevazos!. Le contestas.


Pero donde el bar alcanza la gloria es cuando hay partido. El bar es el TEMPLO DEL FÚTBOL.
Antes había unos carteles en los que se leía:

"Estupendos berberechos gallegos", "Tenemos nécoras deliciosas"....
Ahora no, ahora ponen:
"HOY: DEPOR-REAL MADRID..."
Y en todo el día no se habla de otra cosa... Nada más entrar pides una cerveza y el camarero te dice:


- "Zidane tiene osteopatía de pubis". " Ronaldo no juega".

Y ésa es la gran diferencia entre el bar y tu casa: nunca se discute por el mando de la tele. En el bar no hay zapping:
Si hay partido, se ve el partido; si hay patinaje artístico, se ve el partido; si hay "Friends", se ve el partido; y si
hay peli porno en el canal Plus... se graba el partido y PUNTO PELOTA!!

De internet

viernes, febrero 03, 2006

Memorias de... un FEO.


Hoy me ha llegado este Correo electrónico, tras unos pequeños retoques para no ofender a nadie, me ha parecido gracioso compartirlo.

Cada cual que le ponga cara, nombre y apellidos:


Memorias de un feo
Cuando nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre:

-Hicimos lo que
pudimos, pero nació vivo.

Mi mamá no sabía si quedarse conmigo o con la placenta. Pero la convenció una amiga que trabajaba en el zoo.

Como era un bebé prematuro me metieron en una incubadora... con los vidrios polarizados para que nadie viera si había algo dentro.

Mi madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo.


Yo fui siempre muy peludo. A mi madre siempre le preguntaban:

-Señora a su hijo lo parió o lo tejió.
Y mi padre, ¡ay mi padre!. Siempre llevaba en su billetera la foto del niño que viene dentro cuando la compras, y no la mía.

Pronto me di cuenta de que mis padres me odiaban, pues mis juguetes para la bañera eran una radio y un tostador eléctrico. Pero ya me iba acostumbrando. Una vez me perdí. Le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis padres. Me contestó:
-No lo sé, hay un montón de lugares donde se pueden haber escondido.
Mis padres tenían que atarme un trozo de carne al cuello para que el perro jugara conmigo. Sí, amigos, yo soy FEO, tan FEO que una vez me atropelló un coche... y quedé mejor.

Tuve que trabajar desde pequeño, empecé en una clínica veterinaria; y la gente no paraba de preguntarle a mi jefe de qué raza era y si mordía o no.

Por fin ya fui un adolescente y las chicas empezaron a gustarme y a fijarse en mí. Un día me llamó una chica diciéndome:
-Ven a mi casa que no hay nadie.

Cuando llegué a su casa, efectivamente no había nadie.

El último deseo de mi padre, antes de morir, fue que me sentara junto a él, sobre sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica.

Y por fin, desesperado, decidí acabar mis días. Aquella vez que me iba a suicidar tirándome desde un edificio de 50 pisos, mandaron a un cura a darme unas palabras de aliento. Sólo me dijo:

-En sus marcas, listos, yaaa...


Aún así me queda un alivio que me reconforta y me llena de satisfacción. Por lo menos he llegado a donde ni siquiera yo pensaba... He ganado un concurso de... FEOS.