domingo, septiembre 24, 2006

El avión


El otro día volvía en avión y la azafata con esa sonrisa blanquísima e infinita de todas las azafatas de vuelo me ofreció un periódico. Lo tomé cortésmente, no podía dejarlo -por fin en castellano, como Dios manda-. La verdad había leído uno de esos en inglés cuando desayunaba y desde luego aquel día no estaba el mundo para sonrisas blanquisimas. Bueno, ni aquel día ni ayer ni hoy ni mañana; últimamente el Mundo no está para sonrisas ningún día. Pero ése es otro tema para otra entrada, será cosa de que la sonrisa, blanca o no, debe estar siempre presente en una auxiliar de vuelo.

El asunto es que leí una noticia acerca de la existencia de una página web del Departamento de Justicia de Tejas acerca de los condenados a muerte. Con nombres, apellidos, fotografía e incluso con la últimas palabras que dijeron antes de morir.

La verdad es que la página es muy fría, aséptica y equilibrada; sólo predomina el blanco y el negro. Digamos políticamente correcta. He de decirlo a favor de los funcionarios que la han diseñado.

Los que me leen desde hace tiempo saben lo que pienso de la pena capital y ésa página me resulta cuando menos tétrica. ¿Asquerosa?

Mientras, yo seguí con mi pollo al curry o lo que fuera, porque la comida que dan en los aviones siempre sabe igual. Lo mismo podía haber sido pollo al curry lo que venía en mi bandeja de comida, pato a la naranja o un Big Mac de Mac Donalds. Repugnante. Y seguí a lo mío hasta que llegué a Madrid, como todos seguimos a lo nuestro mientras están pasando cosas tan repugnantes en el Mundo. No, no me refiero al pollo, que también lo era, sino a otras cosas que están pasando todos los días y parece que a nadie le afectan.

Y la azafata volverá mañana a sonreír mientras le da el periódico en español a otro señor, y le volverá a dar más pollo al curry repugnante, y aterrizará en Madrid como lo hizo el otro día, y en el mundo parecerá que no pasa más...


*La fotografía no corresponde al vuelo.

lunes, septiembre 18, 2006

El agua


La reserva de agua en España se sitúa por debajo del 40%.

Como este invierno que viene no llueva nos vamos a duchar con quitamanchas.

¿Haces algo para cuidar el agua en tu país?

*Más información.

lunes, septiembre 11, 2006

Frankfurt 1991


Ayer aprove-
chando el tranquilo sol de septiembre quedé con unos amigos a comer eso tan español que es el arroz en paella. Hasta ahí no tiene nada de noticia ni de extraordinario, porque es muy normal hacer eso con tus amigos los domingos en España. Quedamos a las 2:30 -puntuales para que el arroz no se pase me decían el sábado- en una terraza de Pozuelo, una pequeña localidad cercana a Madrid, donde hacen muy buenos arroces. Y allí fuimos ayer.

La cosa es que se me acercó una chica simpática, rodeada de tres niños pequeños traviesos y con quien me diría después era su marido. Y me dijo sonriente: ¿eres Nacho? Dada mi malísima memoria para recordar caras y las circunstancias ni me acordaba quién era, pero me resultaba familiar. La sonrisa blanca perfecta, los ojos negros y vivísimos y su cuidadísima larga melena que mecía en ese momento el viento en su vaivén me eran familiares, pero no la ubicaba. Era una especie de Cindy Crawford. La misma sonrisa, la misma mirada y el mismo lunar en la mejilla.

Estuvimos largo rato conversando de cuando nos conocimos hace 15 años en Frankfurt. Donde miramos a un mar que ya hoy no nos mira. Ella vivía en México D.F. y estaba dando una vuelta por Europa, y yo los veranos de la carrera me iba a trabajar a Alemania. Desde entonces no habíamos vuelto a vernos.

Mejicana ella, se casa con un español y se viene a vivir a España. Nos conocemos en Alemania. Y quince años después comemos en mesas contiguas de la terraza de un pequeño restaurante situado en una localidad cercana a Madrid. Donde conversamos para retrotraernos a aquellos días fugaces alemanes.

Le sube a uno la emoción al pecho con un encuentro tan inesperado. El mundo es un pañuelo.

¿Alguna vez el mundo se te ha quedado pequeño en una coincidencia?

viernes, septiembre 01, 2006

La ESA y lo otro.


La E.S.A. (Agencia Espacial Europea) invita a seguir el domingo en la madrugada -hora española- el impacto contra la superficie lunar de la nave Smart-1. En un vuelo suicida, la nave después de tres años de trabajo impactará en un lugar llamado Lago de la Excelencia, un cráter de 160 kilómetros de diámetro en el hemisferio sur de la preciosa Luna.

En principio, si todo sale bien, la cosa sólo será visible desde los Estados Unidos (desde luego estos señores están en todas las salsas) y a lo largo del Pacífico, no desde Europa. Aunque la E.S.A. anima a todos los astrónomos a observar el impacto o el antes y el después del lugar.

Cuando la Smart-1 toque el suelo, dicen estos señores calvos con gafas de la E.S.A. que saben tanto de impactos sobre la luna, explotará en una gran llamarada de luz.

No sé si a la nave Smart le debemos comodidades como podernos comunicar por teléfono móvil o que nuestros coches puedan llevar GPS o las últimas fotografías de la Luna enviadas a la Tierra, no sé. Pero no es lógico que cuando acabe su vida útil se deje allí tirada. Ya que estudian tanto para enviarlas tan lejos que estudien cómo traerlas. Seguro que a Grigori -el de mi entrada anterior- se le ocurre algo.

Ahora me pregunto y repregunto si no tenemos suficiente con llenar la Tierra de basura y contaminación, debido seguro a la abundante idiotez y mezquindad humana. No sabía yo que también hemos convertido la Luna en un desguace de autos.

Y encima la E.S.A. ésa anima a que lo veamos. ¡Qué fiesta!