sábado, febrero 16, 2008

La fragua de Vulcano

El Museo del Prado es una de esas pinacotecas que los madrileños hacemos más caso sólo cuando vienen a Madrid amigos de fuera de la ciudad. Y, claro, hay que visitarlo. Es impresionante.

Tan impresionante como la última vez que lo dejamos; pero siempre se percibe un nuevo matiz, un nuevo color, una nueva luz. Y uno se reprocha cómo es posible que no tengamos más tiempo para ir más a menudo.

En ésas estábamos ayer con unos viejos amigos que habían venido de Barcelona. En la sala de Velázquez, viendo su Fragua de Vulcano. Uno de mi cuadros favoritos, no me canso de él, de observarlo. De mirarlo.

Se nos acercó una pareja joven recién casada, que estaba de viaje de novios por Europa y nos dijeron si podían unirse a nosotros. Si podíamos explicarles con nuestras conversaciones algo de lo que íbamos viendo. Me gustó hablarles de mi pintor preferido, de la fragua, de su perfección o de su incandescencia casi real. Los dos eran invidentes.

Él era invidente desde que nació, y ella por un accidente de tráfico sufrido de niña en su ciudad, Atlanta.

Así se nos pasó la tarde, eran simpatiquísimos. Por la noche nos invitaron a cenar por la amistad que trabamos.

Y nos enseñaron que la pintura se puede apreciar también por un olor, por la reacción que provoca en los demás, por la palabra o por un sonido en la sala.

La próxima vez que vaya al Museo del Prado voy a observar mi cuadro favorito con otros ojos. Los de la piel, los del entendimiento o los de oír...

17 comentarios:

Natalia Lepe dijo...

Encantador ensayo. Experiencias como esas son verdaderos regalos para reencantarse con lo que tenemos. Que podemos encontrar que es poco pero pucha que es bastante, no?

cariños mi queridisimo nacho!

nara dijo...

bonita experiencia !!

besorrios, nacho .

Nacho dijo...

NATALIA: Gracias. Sí, son un regalo vivirlas.

Besotes.

NARA: Gracias, guapetona.

Zanzara dijo...

Impresionante. Estas cosas me asombran tanto que me dejan sin palabras... Es admirable como los invidentes saltan los obstáculos y siguen disfrutando de todo.

Yo tengo un amigo de Madrid que entre las fotos que guarda de sus viajes tiene uno de Madrid, su ciudad, porque en el ajetreo del día a día no se daba cuenta de lo que tenía hasta que decidió ver la ciudad como un turísta y sacarle fotos... curioso, pero nos pasa a todos.

Besos!

Unknown dijo...

Preciosa narración...

"Lo escencial es imperceptible a los ojos".

Saludos!!!

Cuidate


Sandra

LS dijo...

Todos los días la vida nos enseña cosas nuevas... que importante prestarles atención.

Besos guapo... que tengas buena semana
:D

Nacho dijo...

ZANZARA: La idea de tu amigo es genial. Me asombro con la genialidad de mucha gente.

Me parece buenísima idea. Madrid no deja de sorprendernos nunca.

De lo otro, los invidentes, me encantan esas personas que luchan frente a las adversidades. Cualquiera que sean.

Saludos.

SANDRA: Gracias. Québonito, "lo esencial es imperceptible a los ojos"

LORE: Gracias. Todos, todos los días.

Otro para ti ;-)

leah v dijo...

que lindo...lo que me parece verdad de tu cuento es eso de no frecuentar a los lugares más lindos de nuestras ciudades, pero que nos cuidamos de llevar a los extranjeros a estos mismos sitios. en mi pueblo donde estudio hay algunos lugares preciosos y me encanta que me visiten los amigos o mis papás que me da la oportunidad de ir allá. no creo que sea cuestión de despreciar a estos sitios, sino que por alguna razón, pegados como estamos a la rutina, no gozamos de ellos. un visitante nos hace parar y darnos cuenta de lo que nos rodea.
que lindo este museo, que solo conozco por los libros, a mi me encanta Velázquez, algún día si me encuentro en Madrid, me llevarás al Prado, vale?
un beso

Nacho dijo...

LEAH: Claro. ¡Prometido! ¿Vale?

Anónimo dijo...

Las veces que he estado en Madrid ha sido de pasada hacia Argentina, entre vuelo y vuelo. Me gustaría estar de turista, perderme por ahí, visitar el Prado.
Con tiempo, saboreando.

Con respecto a las visitas...Yo vivo en Menorca y, ya sabes, un paraíso...Cada vez que viene alguien (muy a menudo) aprovecho para pasear, perderme en la naturaleza y caminar relajadita por los pueblos. Un placer!!!
Besos

Sonia Tejada dijo...

Hola Nacho,
Llegó la hora de confesarme: temo más a perder la vista que a morir. La razón es que me encanta apreciar la belleza visual, no sólo la que encuentro en los cuadros maravillosos como los de Velázquez, sino en todas partes. Gracias por compartir esta anécdota conmigo, me has recordado que también se puede ver y disfrutar de lo hermoso con otros ojos. Gracias.

Amigo querido un abrazo y te extraño.

Lilith dijo...

que lindo post
me encanto!


saludos
mil besos!

Nacho dijo...

FLOR: Jo, Menorca qué envidiaaaaa.

Un rayito de mar, un granito de sol y una gota de arena.¡!

SONIA: Yo también tengo ganas de verte, de que me cuentes cosas.

LILITH: Gracias. Otro saludo.

Carly dijo...

A veces no tener un sentido agudiza los otros y para mejor. A mi ser cortisima de vista me ayudo a tener un mejor oido (para escuchar porque para canta no mucho),...

QUIERO IR A EUROPAAAAAAAAAAAAA.

(perdon por el exabrupto pero yo no me muero antes de conocer Europa)

Anónimo dijo...

sería un placer degustar una pintura con otros sentidos, lástima que en El Prado cuando intentamos poner el dedo o acercarnos saltan los guardias, y es normal, tienen miedo que los cuadros despierten a veces y sigan a sus eclipsados voyers...
un saludo, muy bueno tu blog

Anónimo dijo...

Que bueno degustar as� una obra de arte, con otros sentidos, ser�a una percepci�n cercana al goce de la creaci�n...a veces nos perdemos cosas por esta ceguera que nos invade e inhibe a otros sentidos de participar en el juego, el que jugamos todos los d�as, previsiblemente.
Un saludo, muy buenos tus comentarios

Nacho dijo...

CARLY: Sí, el poder del ser humano es infinito.

Y no te preocupes, Europa te espera en el mismo sitio para que vengas.

Besotes.

ANÓNIMO 1: Gracias. Igual.

Si los guardias no saltaran, no serían guardias. Pero algunos cuadros siempre seguiran teniendo vida propia.

Con guardias o sin ellos.

ANÓNIMO 2: Gracias.

Sí, a veces, casisiempre nos apoyamos demasiado en la vista.

Saludo.