miércoles, diciembre 05, 2007

El mejor padre del mundo

Ayer leía en uno de mi blogs favoritos algo sobre la pérdida del tiempo y lo que le decía sobre ello su padre cuando era niña. Y al leer pensé en muchas cosas sobre mi padre cuando era niño. Yo también tuve el mejor padre del mundo.

No sé, leerlo me recordó muchas cosas de cuando niño. De mi vida, de mi padre.

Como yo era muy mal estudiante en el colegio, para él perder el tiempo era casi todo lo que no fuera estar en mi cuarto estudiando. Ella decía en su blog que para el suyo perder el tiempo era no hacer cosas útiles. Pero lo que tenían en común es que estaban siempre exhortándonos cada dos por tres a no perderlo.

Los padres de aquella época hasta alguna vez nos decían que la razón de algo es porque yo lo digo y soy tu padre. Si teníamos un fracaso escolar sólo era culpa nuestra y no nos mandaban al psicólogo. Claro, y algún cachete o colleja nos caía. Siempre con motivo.

Nos educaban sabiendo que las cosas tenían un valor; en mi generación, a quienes ya nunca nos faltó de nada, sabíamos que las cosas eran producto del esfuerzo personal.

Hoy no sé si la educación es mejor o peor. No sé. Digamos que simplemente es distinta. Pero lo que sí es seguro que entonces nos enseñaban que las cosas que verdaderamente valen la pena son producto de no perder el tiempo. Son una carrera de fondo.

Hoy se enseña a ganar los cien metros del día a día, pero no se enseña a ganar continentes.

Y yo, aunque era muy mal estudiante de niño, estudié hasta el final. Qué más da el qué, la cosa es que fue hasta el final. Ya lo dije, tuve el mejor padre del mundo.


P.D. Gracias Inte.

7 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

Me has devuelto la sensación con la que yo ayer escribí.
No sé si han cambiado las cosas, yo solo sé que en mi padre había ese equilibrio entre la exigencia, la educación, la transmisión de buenos valores y amor suficiente para que hoy día, valore las cosas en su justa medida.
Besos

Unknown dijo...

Los chicos de ahora son producto del consumismo excesivo, la televisión los video juegos.. Eso nos ha llevado a dejar de lado los almuerzos familiares donde se conversaba de todo. Nos escuchabamos. Aprendíamos de nuestros mayores y de sus experiencias.

Ahora cuando llego a mi casa mi hija está viendo tele y yo prendo el compu. Ella no comparte con nosotros la mesa. Prefiere ver tele o jugar en el compu. Yo intento cada día hacerla partícipe de nuestras conversaciones pero ella prefiere no estar.

Me imagino que a muchos padres les pasa lo mismo.
¿Qué hacemos entonces?.
Ahora con esto de los "derechos de los niños"... Tampoco los puedes obligar por que les puedes ocasionar "traumas".
En fin... son los tiempos. Antiguamente seguro que nuestros abuelos se quejaban de los mismo con respecto a nuestros padres....

Saludos

Sandra

nara dijo...

completamente de acuerdo con el post,
tambien soy de esa generación...no me creó ningún trauma algún que otro cachete...ójala sea capaz de transmitir a mis hijos solo la cuarta parte de los valores que a mi me enseñaron, son otros tiempos ( de acuerdo) pero los valores siguen siendo los mismo.... al menos moriré en el intento !!

besos!!

Fran Invernoz dijo...

Bueno, lo de los derechos de los niños está bien, pero eso de dar una colleja es el educar que el predominio del poder está en la fuerza.

Nacho dijo...

INTE: En el mío también había eso. Y supo trasmitirselo a sus 4 hijos. Afortunadamente.

Oye, a mi madre le corresponde lo suyo. En su justa mitad. Que conste en acta.

SANDRITA: Puede ser que nuestros abuelos hablaran de lo mismo. Pûede ser.

Pero lo que es seguro es que no había blogs para contarlo. Para hablarlo a alguien que vive a 10000 kilómetros.

NARA: Los valores nunca cambiaron. Desde lo de Adán y Eva. La honestidad siempre será honestidad, la franqueza, la fidelidad, la honradez...lo que pasa es que eso cotiza poco en Bolsa. Ahora parece que es mejor dar el pelotazo en dos días. Pero no, no es así.

MARTIN: No pienso como tú, pero ésa es la grandeza de la libertad de expresión. No pienso que el predominio del poder está en la fuerza. En todo caso la fuerza está en el poder.

Milongas dijo...

Yo creo que ahora lo que se valora es conseguir lo máximo con el mínimo esfuerzo, pero es sólo mi opinión. Ahora no creo que ningún padre le de collejas a sus hijos y tengo la sensación que lo urgente pasa por delante de lo importante. A veces hay que sentarse y perder el tiempo simplemente observando. A veces sólo así se aprende.
Un besazo.

Natalia Cartolini dijo...

También me siento contenta de tener a mi padre, como cualquier otro cometió sus errores claro está, pero igual me ha enseñado muchas cosas y he aprendido de él. Siempre he sido muy apegada a mi familia y estoy feliz de que sea así, todavía almorzamos juntitos :D
Lindo post, me has hecho recordar buenas cosas. Saludos