"Voy un momento a por tabaco". (12 de octubre)
De ahí nace la expresión " me voy a comprar tabaco" cuando los maridos quieren irse de casa. Colón seguro le dijo a su mujer que se iba a por tabaco, y volvió al cabo de unos meses. Le cogió el gusto a eso de irse de casa y echarse unos cigarros, porque se fue hasta cuatro veces. Su mujer debía estar ya con un enfado tremendo; que si Cristobal ya estoy harta de que te vayas de viaje con tus amigotes los Pinzón y Diego de Triana y nunca me lleves... Bueno, ya saben.
Entonces las cosas no estaban fáciles por acá. Los Reyes Católicos acababan de expulsar de Granada a los musulmanes y como dije en mi anterior post esto estaba ya muy lleno. Se pueden imaginar los atascos de carros de caballos en las ciudades, los alguaciles poniendo multas a los jinetes. Claro, los caballos no llevan matrícula; un lío. Madrid era una ciudad invivible, y Colón se fue a ver a los Reyes para que le dieran su apoyo e irse al extranjero. O sea dinero, que él era muy listo.
Pero, claro, en aquellos tiempos para ir al extranjero había que empezar por descubrirlo. Naturalmente no se habían inventado las compañías aéreas de bajo coste ni los Todo Incluido. Desde la Edad Media le había dado a la gente por irse en barco a descubrir tierras y no dejar en paz a los que vivían allí. Los cartógrafos, que a veces ni habían salido del pueblo, pintaban unos mapas con mares llenos de monstruos marinos y costas llenas de tesoros. Osea, el mayor atractivo de aquellos mapas era que no se parecían en nada a la geografía real.
Ahora es muy fácil navegar porque todos sabemos donde está Santo Domingo, pero con aquellos mapas de entonces la ubicación dependía de lo mejor o peor que le cayesen los dominicanos al cartógrafo. Situarlo en un sitio u otro y rodeado de más o menos monstruos marinos tipo Godzilla dependía sólo de éso, de lo simpáticos que le parecieran. Así no era de extrañar que la gente creyera que toda la tierra estuviera repleta de tesoros y seres maravillosos excepto la suya.
Con todo esto, entre que Colón quería echarse un cigarrito entre pecho y espalda y todavía no se había inventado aquí, porque los tainitos cubanos llevaban siglos fumándose unos habanos como Dios manda; que como buen italiano la pizza sin su tomatito le parecía un asco y que los mapas de entonces dibujaban ríos de oro y sirenas bellísimas decidió irse para allá un 3 de agosto de 1492.
Con él se embarcaron algunos amigos y otros no tan amigos con distintas intenciones más codiciosas. Es lógico, aquel mundo resultaba muy atractivo para irse de casa a descubrir y encontrar los ríos de oro y las sirenas bellísimas. Si luego no resultaba y no lo encontraban, no se desanimaban, seguían descubriendo un poquito más adelante.
De este modo es como empezaron a desembarcar españoles con armaduras, cascos y caballos, y empezaron a pelearse con los indios. Los que vivían allí de toda la vida estaban casi desnudos, miraban perplejos a aquellos señores bajitos con cáscara y con una cabeza con pelo y patas saliéndoles de la entrepierna. Y la guerra duraría así varios años.
La que se lió por ir a por tabaco. SI ES QUE FUMAR NO ES BUENO PARA NADA.
5 comentarios:
Por eso yo
deje el cigarro...
aunque nunca el pisco
Ademas algunos
piensan que...
podran quitarles
la vida pero no
la piscola...
oye :::
te clave...
en mi blog!
Por eso sólo acepto pololos que no fumen...nada de que voy por cigarros...mis polainas! :P
Abrazo! ;)
Cecica, eso de que me "clavaste" en tu blog me suena a clavos y martillo. O sea ten más misericordia conmigo y pégame sólo con pegamento en vez de pincharme. Aún así, GRACIAS. Yo haré igual, pero sin clavarte.
Srta. Lee, pero te diran si no que van a por Pisco... o qué sé yo, a por tus polainas ésas que no sé qué quiere decir, pero queda muy bien.
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